El desarrollo grafomotriz consiste en la capacidad de movimiento que debe adquirir la mano para poder realizar tareas de motricidad fina relacionadas con la escritura. En el caso de los peques, nos referimos a los movimientos de brazo, mano y dedos que realizan cuando escriben, colorean, dibujan…
La psicomotricidad fina surge junto al control de movimientos y la capacidad de precisión en los mismos. Los primeros movimientos relacionados con la escritura suelen iniciarse con trazos verticales (arriba-abajo) y horizontales (izquierda a derecha o a la inversa, ya que a edades tempranas aún no está determinada la mano dominante). A medida que estos movimientos se practican y perfeccionan aparecen los oblicuos y bucles.
Poco a poco se va adquiriendo la capacidad y precisión suficiente para convertir esos movimientos en secuencias que permiten crear imágenes más complejas como letras, sílabas, palabras y finalmente frases y párrafos.
