Seguiremos las siguientes normas de forma habitual:
- Se fijará una hora diaria aproximada para realizar las tareas y buscar un lugar con pocas distracciones.
- Se le mostrará al peque cuantas tareas o fichas debe realizar ese día, deben ser pocas al principio (2/3) y se irán aumentando cuando veamos que las cumple sin interrupciones.
- Se puede fijar una meta o recompensa cotidiana (tiempo de ocio elegido por él, jugar con un juguete especial, ver un programa determinado en la tele, etc.).
- Se le explicará cómo debe realizar la tarea o ficha, asegurándose que lo ha entendido.
La meta general es que sea capaz de realizar las tareas él solo y solicite ayuda cuando lo necesite, pero durante los primeros días deberemos estar presentes para iniciar esa rutina.
Debemos entender que es trabajo del peque hacer las tareas, no nuestro, nosotros solo somos una figura de guía y apoyo (reconduciremos sus distracciones y le ayudaremos en sus dudas). Para ello:
- Una vez que hayamos explicado la tarea nos sentaremos a su lado acompañándolo, pero realizaremos otra actividad (mirar el móvil, una revista, etc.)
- Estaremos atentos por si hay distracciones y las reconduciremos, usaremos un tono neutro y calmado, siempre desde nuestra posición “distraída”.
- Las primeras veces podemos usar fórmulas como “Te has distraído, vuelve a la ficha”, “Acuérdate de que para conseguir (la recompensa que hayamos fijado) tienes que acabar”, “¿Tienes dudas?”, “¿Necesitas ayuda?”.
- Cuando las distracciones sean porque nos quiere contar cosas le reconduciremos a la tarea “venga, estoy contigo, pero me lo cuentas cuando acabes”.
- Si debemos reconducir su atención a la tarea muchas veces cambiaremos las fórmulas por otras más sencillas: usaremos su nombre, “venga”, “vamos”, “tienes que acabar”.
Por último, y aunque nos cueste, debemos asegurarnos que los peques cumplen con todas las tareas fijadas para el día.
